Esta semana te traigo una conversación con una mujer que inspira solo con escucharla: Adriana Domínguez, presidenta ejecutiva de Adolfo Domínguez.
Nos sentamos a merendar en Balbisiana Bernabéu de Madrid para hablar de liderazgo, autenticidad y propósito.
Adriana ha transformado el legado familiar desde un liderazgo valiente y humanista. Cree que “líder no es quien tiene el puesto, sino a quien las personas quieren seguir”, y que la credibilidad se construye con coherencia, escucha y acción.
Hablamos de su infancia entre talleres de moda, de su paso por internados internacionales, de su etapa como actriz en Nueva York y de cómo aprendió a confiar en su instinto. También de algo que todos sentimos alguna vez: el síndrome del impostor, y de cómo se supera con acción, propósito y claridad.
Una conversación sobre coraje, vulnerabilidad y equilibrio —o, mejor dicho, sobre aceptar que el equilibrio perfecto no existe.




